«Nada en la vida es para ser temido, es solo para ser comprendido. Ahora es el momento de entender más, de modo que podamos temer menos». Marie Curie.
A mitad de camino entre ciencia y comunicación está la divulgación científica que, en resumidas cuentas, son datos, procesos y resultados de algún área de la ciencia puestos a disposición del ciudadano que no ha tenido alguna clase de acercamiento al tema; todo esto mediado por herramientas que antes eran poco convencionales como videos, pódcasts o infografías que se convierten en medios para favorecer el acceso de la ciudadanía al conocimiento. En la explicación de algún evento de la ciencia en lenguaje simple, para exponer el porqué o el paso a paso, existe un proceso de inclusión que abre una puerta al conocimiento mientras se rompe el paradigma de que la ciencia es una serie de datos y palabras complejas que están fuera del alcance de la vida cotidiana.
Se puede afirmar que el astrónomo, ingeniero, matemático y físico Galileo Galilei fue el pionero de la divulgación científica. En tiempos donde en Europa se corría el riesgo de ser quemado en la hoguera por exponer un descubrimiento a la vanguardia o ir en contracorriente de lo que pensaba la sociedad del siglo XVII, Galileo escribió Diálogos sobre los dos máximos sistemas del mundo (Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo Tolemaico e Coperniciano en su título original), una publicación que por un tiempo logró pasar los filtros de la censura y que exponía, de manera novedosa para la época, una discusión entre tres personajes donde cada uno hacía defensa de su opinión sobre el universo. Este sabio italiano tenía la intención y necesidad de comunicarle al pueblo el resultado de sus descubrimientos y estudios en un lenguaje más cercano, convirtiéndose en referente y clave para sus antecesores.
Cuando hablamos de divulgación científica surge una variedad de términos que se relacionan y a veces se confunden entre sí, tales son comunicación científica o comunicación pública de la ciencia, apropiación social del conocimiento o apropiación social de la ciencia y la tecnología que, si bien tienen similitudes, los usos y significados son diferentes.
Según Hernán Oquendo, divulgador científico, en la acepción ‘divulgación científica’ suele haber una especie de separación entre los que saben y los que no, y por eso se buscan términos más neutrales y horizontales: «esto se puede explicar desde la etimología de la palabra que viene del latín divulgāre, que significa entregárselo al pueblo, propagarlo con el vulgo; ahí tenemos una metáfora de la que muchas personas se han querido desligar; donde se encuentran unos expertos en un dosel y un pueblo casi que ignorante abajo. El término más neutral que encontramos en el lenguaje es ‘comunicación pública de la ciencia’, enfatizando en el público, para que esté presente», afirma Oquendo, quien trabaja en el Parque Explora.
Entre quienes comunican la ciencia, existe un interés latente de salirse del molde convencional de los datos, estructuras y documentos complejos para ofrecer esta información de manera más amable a un público más amplio; desde jóvenes estudiantes hasta campesinos o habitantes de una comunidad en específico. Canciones, ilustraciones, videos, cuentos e historias que ayudan a conectar con cada entorno y realidad. Como lo expone Andrés Felipe Raigosa, en el libro Lineamientos y acciones para los procesos de divulgación de la investigación en CTeI, no se trata de sustituir los procesos que garantizan la rigurosidad en las investigaciones, pero sí de incluir otras formas de vivir y contar la ciencia cuando se está realizando la investigación, sobre todo cuando se trata de públicos no expertos.
Según Raigosa, divulgar la ciencia es una invitación a construir ciudadanías científicas desde la divulgación y la comunicación pública, pues los desafíos que existen en la sociedad no se resuelven solo con soluciones tecnológicas o investigación básica o aplicada; requieren de conocimientos comunicacionales, sociológicos, antropológicos, económicos, así como de la construcción colectiva de políticas públicas y de la toma de decisiones en conjunto.
A grandes rasgos, Ana María Sánchez, tutora del posgrado en Filosofía de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), plantea que la divulgación es un género original y complejo que comunica la ciencia de la mano de lo literario, donde su finalidad consiste en informar sobre la ciencia dejando a un lado los discursos especializados. Afirma que es muy parecida a la literatura, pero enfatiza en que la divulgación se trata por definición de la ciencia.
Comunicación pública de la ciencia
Existe un hilo entre divulgación y comunicación pública de la ciencia. Se divulga ciencia cuando también se publican resultados de investigación, conceptos técnicos; es decir, convertir un tema complejo en un producto comprensible para los demás, en contenido más simple e incluso más divertido y, en definitiva, poniendo a prueba la creatividad. Los ejemplos pueden ser amplios: monólogos de ciencia, canciones que hablan del átomo, infografías sobre la reproducción de las plantas, ilustraciones cómicas o satíricas, todo pensado con cuidado dependiendo del receptor al que va dirigida dicha información.
La divulgación es la intención de compartir conocimiento científico con públicos que no han estado históricamente relacionados con él, entendiendo la ciencia no como un compartimento de datos si no como una manera de pensar, un proceso que se lleva a cabo para encontrar unas respuestas a alguna problemática. «En pocas palabras, es hablar de ciencia en el lenguaje en el que hablamos todos los días, usando medios diferentes a los que por lo general se publican las producciones científicas, poniendo así a disposición de las personas ese conocimiento», afirma Hernán Oquendo.
La comunicación pública de la ciencia, en cambio, se refiere a compartir información científica cuando ya existe un previo conocimiento sobre el tema en cuestión; es decir, se enfoca en un público más específico. «La comunicación de la ciencia se parece más a dar una noticia; la divulgación se toma el trabajo de asegurarse de que de verdad se entienda cada punto de esa noticia», así lo narra Marcela Gutiérrez, divulgadora científica de la Universidad de los Niños de Eafit.
Apropiación social del conocimiento
Además de los términos ya mencionados, existe un tercero que también es importante tenerlo en cuenta para diferenciarlo de los demás: apropiación social del conocimiento. Para que este se cumpla, es necesario que participen una variedad de actores de áreas de la ciencia, la tecnología y la innovación. Si no es así, dentro de los parámetros del Ministerio de Educación no es un proceso de apropiación, sino, tal vez, de divulgación: «Cuando hay apropiación es porque existe una conjunción de investigadores -científicos o personas que hacen innovaciones o desarrollos tecnológicos- con público no especializado, que puede ser sociedad civil, comunidades, niños y niñas, como también actores de la academia y tomadores de decisiones; es una triada entre academia, Estado y sociedad; si existe esa triada, se puede decir que es un proceso de apropiación», puntualiza Marcela Gutiérrez, quien trabajó durante dos años con Nuquí Vivo, proyecto de apropiación social del conocimiento en bioculturalidad, término que hace referencia a la unión de la biodiversidad de un lugar con su cultura para estudiar cómo las comunidades que habitan territorios con alta diversidad biológica se relacionan con su entorno para recopilar insumos que permitan mejorar su plan de desarrollo territorial. «Apropiación es que te abran la puerta de su casa. Es un diálogo entre dos personas que han estudiado mucho algún asunto desde diferentes lugares», señaló la investigadora.
Modelos de comunicación de la ciencia: democrático y deficitario
Hay un modelo de la comunicación de la ciencia llamado deficitario, en el que se encuentran la comunicación y la divulgación científica que son los procesos en los que el comunicador de ciencias tiene una información técnica y la divulga mediante diferentes formatos. En este punto, hay una persona que crea el mensaje y otra que lo recibe. Juan Carlos García-Cruz escribió para la revista sobre estudios de divulgación de la ciencia JCOM América Latina que el modelo de déficit implica un receptor pasivo; de este modo, se espera que los emisores de mensajes científicos destinados a las grandes masas sean muy eficaces en el uso de una retórica particular.
Ahora, el modelo democrático une otros actores como la apropiación social del conocimiento. La democracia implica que, al momento de tomar decisiones, es necesario que los diferentes actores participantes estén de acuerdo para llevar a cabo lo que se esté investigando o estudiando; que existan varias miradas y voces que aporten desde distintas áreas del saber.
A partir de la Política Pública de la Apropiación Social del Conocimiento del Ministerio de Educación, todas las universidades de Colombia están en el proceso de crear sus equipos de apropiación social del conocimiento y algunas ya vienen trabajando en ello, como la Universidad de Antioquia, la Universidad Nacional, Eafit y la Institución Universitaria Pascual Bravo. Estas acciones, según el documento de MinEducación, posibilitan el fortalecimiento de capacidades en investigación y desarrollo, así como la construcción de una cultura en ciencia, tecnología e innovación en constante interrelación entre el Estado, la sociedad, la empresa y la academia.
En la Institución Universitaria Pascual Bravo se planteó la estrategia de apropiación social del conocimiento con el objetivo de propiciar espacios para la comunicación y la circulación del conocimiento; mediante ella se pretende sensibilizar a la comunidad educativa de la Institución y a otros públicos como empresas, comunidades y entidades gubernamentales con un enfoque que trascienda hacia la participación de las personas, es decir, pasar de un enfoque pasivo de la comunicación del conocimiento a uno activo, más accesible e inclusivo.
Entre los objetivos específicos de la estrategia se contempla divulgar los diferentes productos y procesos científicos, tecnológicos y académicos que se dan en la Institución desde lenguajes comprensibles y cercanos para diferentes públicos focales con el propósito de facilitar su reconocimiento, apropiación y uso en sectores sociales claves. A partir de allí, se propusieron cuatro componentes que la conforman: la Revista Pascual Tech, la Muestra Itinerante de Ciencia, el evento Mujeres Pascualinas en la Ciencia y Diálogos y reflexiones.
«La revista se creó como un medio de comunicación digital que permitiera una discusión amplia, abierta y cercana sobre temas con alto impacto social, en diferentes áreas del conocimiento, que involucren una mirada académica de la ciencia y la tecnología para ofrecer información pertinente y de calidad con el objetivo de visibilizar el sistema de investigación institucional», explica Johana Martínez, editora de la Revista Pascual Tech. En este sentido, la revista se convierte en un espacio de diálogo y debate, «un punto de encuentro por medio del cual se materializa nuestra comprensión de la información académica como un bien público que debe ser abierto, agradable, comprensible, riguroso y útil», agregó Johana.
El evento de Mujeres Pascualinas es un aporte a la política de inclusión y diversidad de la Institución. Brinda reconocimiento a mujeres investigadoras de la Universidad y consta de dos grandes momentos: un conversatorio entre mujeres de la comunidad universitaria que busca motivar su participación en los espacios de investigación y divulgación del conocimiento, y un homenaje a dos mujeres pascualinas por su aporte a la sociedad y a la Institución en la generación de conocimiento.
La Muestra Itinerante de la Ciencia es una propuesta interactiva con la que se pretende dar a conocer la ciencia mediante comunicación unidireccional con el propósito de llevar conceptos, potencialidades, posibles utilidades y campos de aplicación de las investigaciones y procesos que se desarrollan en la institución a diferentes públicos objetivos. Esta se compone de exhibiciones itinerantes de diferentes productos como patentes, desarrollos tecnológicos, libros resultados de investigación, creación, divulgación y formación, y otros productos editoriales ejecutados por investigadores de la Institución Universitaria Pascual Bravo que son susceptibles de ser presentados mediante material gráfico, audiovisual y textual en rompetráficos que se ubican en distintos puntos del campus y que se pueden exhibir en ferias, congresos, eventos empresariales, etc.
Por último, con Diálogos y reflexiones se propician escenarios de apropiación y divulgación del conocimiento, la ciencia, la tecnología y la innovación mediante charlas, conferencias y talleres abiertos en los que participe la comunidad universitaria, la ciudadanía y el sector empresarial para ampliar la comprensión de las dinámicas de producción y uso del conocimiento, más allá de las sinergias entre sectores.
De esta manera, la intención de los procesos de apropiación social del conocimiento es acercar o propiciar la inclusión de sectores de la sociedad aislados de las áreas de innovación, ciencia y tecnología, en la búsqueda de apropiar saberes para la resolución de problemas y participación en la toma de decisiones vinculadas a la sociedad.